Experiencia VIP Trufa Zero
- 20/11/2024
Tierra de contrastes, su riqueza enogastronómica se despliega entre paisajes de viñedos, páramos castellanos y pueblos con siglos de historia. Desde los vinos de la Ribera del Duero hasta el afamado queso de Burgos, cada producto es un reflejo del alma de esta tierra.
En la mesa burgalesa no puede faltar la morcilla de arroz, tan humilde como sabrosa, ni el lechazo asado, emblema de la cocina tradicional castellana, cocinado lentamente en horno de leña. Las alubias de Ibeas, los postres como las yemas de Burgos o las peras al vino tinto completan un recorrido gastronómico que huele a hogar y a historia.
Pero Burgos no solo se saborea en los platos: también se bebe. La Ribera del Duero burgalesa produce vinos intensos y elegantes, perfectos para acompañar carnes rojas y quesos curados. Las bodegas, muchas de ellas visitables, combinan modernidad y tradición, ofreciendo experiencias enoturísticas que conectan al visitante con el territorio y su cultura vitivinícola.